Fantástica. Una refutación feliz del porno como “sucio” o pecaminoso.

Fantástica. Una refutación feliz del porno como “sucio” o pecaminoso.

Un pequeño tratado amoroso en el cual lo único que no tiene lugar es la tristeza. Como si fueran ilustraciones libertinas de una vieja idea de libertad e imaginación, bajo la mirada sabia de una instructora ocasional (la magnífica Anikka), se me ocurre que esta pequeña, curiosísima película, puede también ser vista como una celebración del mapa biológico en que un cuerpo se encuentra, se funde y se hermana con otro. Al final, como sucede en tus películas, la curiosidad, la falta de certezas (implícita desde el título («Deseaba llamarla Sumisión, pero con el sexo nunca sé bien lo que quiero«), es lo que empuja al cine y justifica su existencia.

Primer comentario crítico desde Argentina. Es David Obarrio, escritor y programador del Festival de Buenos Aires (Bafici).

… del mapa biológico… la falta de certezas… la magnífica Anikka (todos la nombran y destacan).

(Foto de Keila Bassi con Nono)

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