
«Corridas de alegría« es una película de Gonzalo García-Pelayo.
/… Historia con caparazón de road movie loca y alma de clásico de film noir deconstruido, con sabor al fatalismo y ambientes marginales de los bajos fondos del Polar francés setentero -siendo Gonzalo un amante del cine clásico, destacable la escena final con travellings y con estupenda fotografía nocturna y ambiente portuario- fusionado con el americano representado por ese descapotable venido a menos, seguramente robado en las proximidades de la base de Morón.
La pareja se conoce por azar, se reconocen al instante al ser almas vagabundas, libres, sin miedo, con ganas de quemar el último cartucho permanentemente. Perdedores que comparten coche, los Rinconente y Cortadillo del s.XX, en una España en que la picaresca toma la forma de reírse de todo, de gozar, robar, ridiculizar a la Guardia Civil, pero también de saber frustrar un atraco cuando al que robas no tiene más que tú.
Estrella Millán Sanjuán
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Historia con caparazón de road movie loca y alma de clásico de film noir deconstruido, con sabor al fatalismo y ambientes marginales de los bajos fondos del Polar francés setentero -siendo Gonzalo un amante del cine clásico, destacable la escena final con travellings y con estupenda fotografía nocturna y ambiente portuario- fusionado con el americano representado por ese descapotable venido a menos, seguramente robado en las proximidades de la base de Morón.
La pareja se conoce por azar, se reconocen al instante al ser almas vagabundas, libres, sin miedo, con ganas de quemar el último cartucho permanentemente. Perdedores que comparten coche, los Rinconente y Cortadillo del s.XX, en una España en que la picaresca toma la forma de reírse de todo, de gozar, robar, ridiculizar a la Guardia Civil, pero también de saber frustrar un atraco cuando al que robas no tiene más que tú.
DIRECTOR: GONZALO GARCÍA-PELAYO
- Producida por Andrés Vicente Gómez.
- Guión de Miguel Ángel Iglesias y Romualdo Molina.
- Intérpretes: Miguel Ángel Iglesias, Javier García Pelayo, Paula Molina, Isabel Pisano, Carla Antonelli, El Gran Simón, Chari Moreno, Silvio.
- Música: Alameda, Ricardo Yunque etc.
- Fotografía de Roberto Ochoa.
- Duración: 72 min.
El Diario.es «Todo es de color». Ruido y silencio.
Por Montero Glez. 5/4/2024
Estos días de cuaresma en los que la gente de bien recibe a Dios, he trasgredido las formas y me he pasado los días leyendo la primera parte de las memorias de Javier García-Pelayo editadas por Gong con el título Sobre la marcha, una continua fiesta de peripecia.
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Estrella Millán Sanjuán Facebook 22 de julio de 2023. Corridas de alegría (1982).
Ayer pusieron esta película en «Historia de nuestro cine», en La 2.
Segunda vez que la veo apreciando más su valor. El título no le hace justicia en absoluto y me enteré hace unos días por Javier García-Pelayo (coprotagonista) de que ése no era el que se había pensado, pero que la producción cambió.
«Sobre la marcha» alude más profundamente a esta aventura, embebida en humor y descaro, pero con poso existencialista e incertidumbre y zozobra vital constantes.
Historia con caparazón de road movie loca y alma de clásico de film noir deconstruido, con sabor al fatalismo y ambientes marginales de los bajos fondos del Polar francés setentero -siendo Gonzalo un amante del cine clásico, destacable la escena final con travellings y con estupenda fotografía nocturna y ambiente portuario- fusionado con el americano representado por ese descapotable venido a menos, seguramente robado en las proximidades de la base de Morón.
La pareja se conoce por azar, se reconocen al instante al ser almas vagabundas, libres, sin miedo, con ganas de quemar el último cartucho permanentemente. Perdedores que comparten coche, los Rinconente y Cortadillo del s.XX, en una España en que la picaresca toma la forma de reírse de todo, de gozar, robar, ridiculizar a la Guardia Civil, pero también de saber frustrar un atraco cuando al que robas no tiene más que tú.
Cine hecho en libertad, desobediente, con diálogos simpáticos y nada políticamente correctos donde escuchamos con naturalidad «gorda, tetona, calvo…», sin escandalizarnos. Con sexo, mucho sexo, amor libre, que le valió estrenarse en esas salas extintas «S» que recuerdo de pequeña. Con desenfado, jolgorio, vitalidad, buena música, tomas aéreas que tanto le gustan a Gonzalo, personajes pintorescos y el amor. Elementos que me son tan cercanos, que definen a su cine desde sus inicios y que retomaría treinta años después de un largo silencio en su última y fértil etapa.
Dos gánsteres de medio pelo, noir en carreteras y localizaciones gaditanas que conozco; desencanto de una generación sobre ruedas con paradas y relaciones que van conduciendo la historia hacia el fatalismo, en las que la búsqueda continua de la cantante Diana por amor adquiere forma de utopía, de esperanza entre escombros que dé sentido a vivir.
El gran García Pelayo. Marcos Ordóñez, El País Cultura 1. Nov. 2012
“…Cuatro años después llegó el verano con Corridas de alegría (1982), una de las películas más libres, gozosas y desabrochadas del cine español. No era un buen título: parece que Andrés Vicente Gómez se emperró. Hay corridas y hay alegría, pero era infinitamente mejor el que le habían puesto Gonzalo y Javier: Sobre la marcha. Premisa: un trilero sin suerte (Javier GP) y un tipo que acaba de fugarse de la cárcel (Miguel Ángel Iglesias) para quemar todos los clubs del gángster que le envió al maco, se convierten en los sosias sevillanos de Kerouac y Dean Moriarty, recogen a una dama jaranera (Isabel Pisano) y se lanzan a la carretera dispuestos a pasárselo bomba. Una road movie con guion, pero abierta a todo lo que se encontraran por el camino. Y lo que se van encontrando supera cualquier previsión del espectador.”
Fotogramas
Un título maldito -que en su momento fue relegado a las salas especializadas en cine “S”- que constituye una auténtica gozada para los escasos elegidos que han podido degustarlo y lo han incorporado a sus cultos privados. Al estilo de la más tradicional “road movie”, propone un viaje por una Andalucía colorista pero escasamente tópica a cargo de dos perdedores natos con una misión a cumplir. Unos diálogos delirantes y la naturalidad con que desarrolla una historia casi imposible la convierten en una rareza irrepetible.
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Por José Luis Guarner 27/10/1982 Corridas de Alegría
Lola Films. «Un sueño loco» Por Andrés Vicente Gómez
«Corridas de alegría» -un título inspirado en la película japonesa de Oshima «Ai no corrida» (El imperio de los sentidos)-, fue un intento de hacer un road movie en línea con los que el cine americano de los 70 había puesto de moda. Gonzalo García Pelayo, el director y coguionista, había entrado en contacto conmigo con su película «Frente al mar», que yo retitulé «Intercambio de parejas frente al mar» y con la que conseguimos un moderado éxito. Gonzalo es un personaje muy peculiar: bohemio y a la vez tremendamente realista, sevillano fundamentalista, artista y soñador sin perder el sentido práctico, padre de decenas de hijos de múltiples señoras. Tipo polifacético, gran productor de música andaluza, fue el responsable de grandes éxitos de María Jiménez, Lole y Manuel y otros.
«Corridas de alegría» se rodó por todo el Sur, siguiendo el viaje de sus protagonistas, que van de Sevilla a Cádiz, pasando por la serranía de Ronda y Grazalema. La película era una exaltación del espíritu libre andaluz, de su gracia y miseria, un retrato de la España predemocrática, donde todavía los elementos franquistas -aunque devaluados- seguían existiendo. Fue una película que pasó desapercibida para el público por su deficiente distribución y raquítico lanzamiento -responsabilidad absolutamente mía- pero que gente como José Luis Guarner, el mejor crítico de los últimos 50 años, ha considerado una pequeña obra maestra.
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El País. García-Pelayo estrena ‘Corridas de alegría’, una ‘película lumpen’
El realizador Gonzalo Garcíapelayo continúa en su nueva película, Corridas de alegría, estrenada ayer en Madrid, un tipo de cine pobre, de estética lumpen y tercermundista, con personajes y ambientes populares de Andalucía. Es una película de viaje sobre los temas de 1a amistad y del rollo del fracaso amoroso», según su director, que ya aparecían en sus anteriores filmes, Vivir en Sevilla, Manuela y Frente al mar. Está interpretada por Miguel Angel Iglesias, Javier García Pelayo, Isabel Pisano y Paula Molina, con canciones de Alameda, Medina Azahara, Cai, Gualberto y otros grupos andaluces.Corridas de alegría, con un presupuesto de quince millones de pesetas, tiene la intención de presentar unos pueblos y paisajes de la sierra gaditana y una numerosa galería de personajes secundarios populares.
Link a la crítica EL PAÍS 3 ABR 1982
Aquí vale todo. Por Víctor Olid . CORRIDAS DE ALEGRÍA
Otra muestra de cinematografía Andaluza (como «Los Alegres Bribones») en lo que vendría a ser una suerte de cine quinqui pero de allí, con pequeñas dosis de neo-realismo y comedia chabacana, que también es a su vez una “road movie” (sin que su artífice supiera siquiera que existía la etiqueta) con un presupuesto ínfimo, unas maneras de rodar sencillitas y, gracias al cielo, unos resultados, de una manera o de otra, harto entretenidos.
Un trilero y un fugado de prisión se conocen en alguna calle de la sucia Málaga y entablan amistad. El fugado le propone al otro unirse a él en la búsqueda de su novia secuestrada por unos mafiosos que regentan puticlubs. Se embarcan en un viaje en coche por la provincia de Cádiz, viviendo un sinfín de situaciones que van desde la jodienda sórdida, hasta el atraco a mano armada, llegando incluso a la intercepción de grandes cantidades de cocaína…/
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VIENNALE. Vienna International Film Festival
CORRIDAS DE ALEGRÍA is best described as a combination of the key elements lending momentum to VIVIR EN SEVILLA and FRENTE AL MAR: The film possesses the (self-) conscious, crude structure of the former, originating from various aesthetic concerns, as well as the articulate, episodic structure of the latter. The story reads like a distinctive film noir inspired by a buddy movie: The first thing Miguel wants to do after escaping from prison is to find his girlfriend Diana. The next thing is to settle certain open accounts. Javier, a rather eccentric gambler, wants to be of assistance. The structure of the film reminds of a road movie that is in no particular hurry to arrive at its destination. The title, again, insinuates an exercise in eroticism – though the film definitely reveres women with passionate fervour. On the other hand, the easygoing, comedic note struck by the film was not necessarily expected: While cinema is taken seriously here, life in itself is not – which is correct. Thus, CORRIDAS DE ALEGRÍA is not the story of an escape but of a joyful sprint towards the future.
In the presence of Gonzalo García Pelayo and Javier García Pelayo.
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