
«Mujeres heridas» es una película de Gonzalo García-Pelayo.
Por Orlando D Drago:
Quizás sea Mujeres heridas una de las películas más complejas y emotivas de Gonzalo García Pelayo. Con Mujeres heridas, Gonzalo, que casi nunca parte de un texto propio, consigue una vez más hacer suyas las palabras de los otros. Y en esta ocasión va mucho más lejos, con esta película logra una unidad conceptual a través de una multiplicidad de discursos. Discursos que no sólo aparecen en la habitual manera secuencial y dialogada de los personajes convencionales de un film, sino que surgen a través de diversas formas.
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Por Orlando D Drago:
Quizás sea Mujeres heridas una de las películas más complejas y emotivas de Gonzalo García Pelayo. Con Mujeres heridas, Gonzalo, que casi nunca parte de un texto propio, consigue una vez más hacer suyas las palabras de los otros. Y en esta ocasión va mucho más lejos, con esta película logra una unidad conceptual a través de una multiplicidad de discursos. Discursos que no sólo aparecen en la habitual manera secuencial y dialogada de los personajes convencionales de un film, sino que surgen a través de diversas formas.
DIRECTOR: GONZALO GARCÍA-PELAYO
- Duración: 75 minutos
- Director: Gonzalo García-Pelayo
- Intervienen: Susana López Corcuera, Vanessa García-Pelayo, Mónica Lleó, On Nutchari Bunsri, María Reyes Arias, Agapito Maestre, Leonor Camino, Martina Cábez.
- Argumento: Gonzalo García-Pelayo
- Guión: Susana López Corcuera, Vanessa García-Pelayo, Mónica Lleó, On Nutchari Bunsri, María Reyes Arias, Agapito Maestre.
- Música: “De un alma antigua”, “Vaiven”, “Cuando amanezca a volar”. Letra, música e interpretación Fernando Arduán.
Por Orlando D Drago:
Publicado por Orlando D Drago
Link a la crítica
Nos hacemos un cine:
Si conectas con el cine de Gonzalo vas a verte sorprendido una vez tras otra.
Link a la crítica
Por Fernando Arduán:
En “Mujeres heridas”, se suceden historias personales de mujeres anónimas o conocidas que hablan de los efectos emocionales de sus biografías: amores rotos, imposibles, historias familiares secretas, el conflicto entre la lealtad y el deseo, el conflicto de tener que ser varias cosas y sus contrarias a la vez de forma ontológica, las consecuencias de ser eros y tánatos al mismo tiempo… Con ese espíritu desfilan ante la cámara varias mujeres, maduras en general que cuentan historias de sí mismas y de otras mujeres que conocieron. Leen textos sobre las hermosas canciones de Arduan, otro de los centenares de músicos a los que Gonzalo ha apadrinado en su vida, solapan sus palabras y voces leídas o improvisadas sobre la pantalla, muestran sus heridas, hablan de ellas.
El filme es el número trece producido y/o dirigido en tres años por Pelayo y su equipo. Equipo de familiares y amigos en su totalidad con los que practica un cine de urgencia, a veces fullero en su realización pero pletórico de emociones e ideas. Un cine como la vida, que no tiene esos márgenes tan cerrados como los que le ponemos a nuestras reflexiones o creaciones sobre ella. Un cine que suda y tose, que corre y se detiene. Un cine godardiano de Alameda de Hércules. Y al que, como en este caso, y como en la mayoría de sus filmes recientes donde las mujeres tienen enorme protagonismo (Niñas, Niñas 2, Niñas 3, Copla, Mujeres heridas…), a veces le viene la regla o se le retira.
Acá abajo en el link de El Estado Mental puede verse durante un tiempo de manera gratuita esta película. Es una película de mujeres donde también salen hombres o están flotando siempre. Una película de pensamientos en construcción. No de axiomas, sino de tesis y antítesis. Una película que merece la pena verse y escucharse. Una película hecha para entender un poco más, o al menos acercarse, a la naturaleza de lo femenino.
Me contaba Gonzalo no hace mucho en una entrevista, que la propia naturaleza de la mujer es una herida constante -la vagina, que recibe placer y da placer o vida, desde donde supura la sangre muerta derramada cíclicamente- y que esa realidad configura su propia naturaleza emocional. Trágica a veces, profunda, frívola algunas, cómica, sentimental, sabia, mutante. Todo esto se ve en una película donde Gonzalo realmente es el director de una orquesta de mujeres -Susana López Corcuera, Mónica Lleó, On Nutchari Bunri, Vanessa García-Pelayo, María Reyes, Martina Cábez, Leonor Camino…- sobre las que aparece en varias ocasiones, a la manera de manifiesto la teoría estética del wabisabi japonés. Un concepto muy derivado de la idea de impermanencia budista en el que se resalta la belleza de la imperfección y el paso del tiempo.
Porque acá hablan en su mayoría mujeres heridas, sí, pero sobre todo mujeres maduras, sabias, hondas, poderosas, mujeres que ya no salen en los calendarios Pirelli pero que saben mejor que las jóvenes ninfas cuál es la naturaleza del deseo, el amor, el rechazo, la pérdida, la invisibilidad y la experiencia.
Siempre me ha gustado estar entre mujeres, rodeado de ellas, junto a ellas. He dicho muchas veces que de las mujeres, en general, he aprendido más que de los hombres en mi vida. Y no sólo del amor, de la palabra y la narración, del placer, de la ternura, de la piel y el olor, de la belleza y de la conexión con lo invisible e inefable. Lo que de hombre tenga en mí, también se lo debo a ellas. También de sus rechazos, iras, anhelos no correspondidos, abandonos, decepciones y perdones. A lo largo de mi vida he tenido muchas relaciones con mujeres. De todo tipo. Gracias a esas relaciones soy quien soy.
Y en esta película me he sentido como en casa. No es una película perfecta. Es una película real, por donde corre el aire. Véanla.
Por Javier Redondo:
Tengo miedo de romperme, tengo miedo de quererte… mujeres heridas pero que se lamen las heridas, la más triste pero también la mejor de las películas del lote…
MAESTRO: “Mujeres heridas” me ha maravillado. Enfocas desgarros sin caer en lo facilón, pellizcando sentimientos, tomando esos pedazos de planos -los de Susana abrazada al árbol y la canaria impresionan- tan pelayianos. Frases demoledoras (“muérete ya”, “joder, me muero y no hemos follado”). No sé qué enamora más de Vanessa: su sensatez, dulzura, saber oír, sonrisa, belleza; me da igual. Me entusiasma no edites las locuciones, salgan los números primos, fundas imágenes con Arduán.
La gran “sensación” que me ha dejado esta película, lo mejor con diferencia… es el discurso de Vanessa sobre la ausencia de deseo. Esta extraordinariamente natural, valiente y osada (ha salido a alguien que yo conozco) y bella en sus sentimientos y contradicciones. Toda una sorpresa! (Sorpresa por cómo lo dice y lo siente, no porque le ocurra. Es lo natural entre muchas mujeres que ya no quieren procrear, que es para lo que biológicamente se ha inventado el sexo. Conozco algunas que les ocurre lo mismo, pero para ellas no es una maldición… más bien para ellos) Sobre las demás, el sempiterno y enigmático problema femenino sobre las laberínticas insatisfacciones femeninas es un tema que no domino. Aunque siempre es interesante escuchar detrás de una cortina/cámara a las mujeres hablar de sus cosas de mujeres, contado al estilo García Pelayo. Como paradoja, decir que la actriz canaria de ojos azules que es la más inestable y contradictoria de todas, es la que me pone. Qué vida ésta más imperfecta! Dejo para lo último, las preciosas baladas cantadas con ese deje elegante y resignado de Fernando Arduán. Sencillamente insuperables. Es grande de verdad este tipo. El mundo no es justo con gente tan talentosa como él (lo que viene siendo el wabi sabi)
Por maría José Galindo:
“Dos veces van Vanessa y Susana geniales una introspección hacía el uno mismo ahondar y llegar a esas espinas que luchamos por disimular. El resurgir del dolor y volver a buscar el color a lo que nos sigue regalando la Vida. Apreciar la belleza que guarda lo feo lo imperfecto lo que sabemos no dura para siempre ( por eso lo deseamos mas ).”
Por Tessy Alvarado:
He visto la película ” Mujeres heridas” ésta tarde y la verdad no me esperaba encontrarme con tantas revelaciones tan emotivas. A medida que vais contando, entráis en detalles cada vez más íntimos. Yo creo que cada mujer se reconoce un poco en vuestros testimonios. Me gustó mucho, Susana Lopez Corcuera cómo te buscas después de treinta años que de alguna manera te sentiste otra. Ni mejor ni peor, diferente. Los caminos que tomamos los seres humanos no son iguales pero tampoco muy diferentes. Que buscamos al contacto de los demás?? Seguridad, confirmación de lo que crees ser el amor, la felicidad, la maternidad?? Seguro que cada mujer puede contar infinidades de cosas sentidas y vividas, sin embargo con toda la emoción que se desprende de vuestros desahogos, se nota una recatada timidez al contarlo.
Me encanta la historia de tu abuela, aparte de bien contada, con cariño, haces de esa gran mujer una pionera en su época, no tuvo que ser fácil vivir en una sociedad tan mojigata.
Me sorprendió el discurso valiente de mi hija Vanessa García-Pelayo, aunque hablamos con mucha confianza, no es lo mismo oírla hablar intimidades para todos los que verán la película.
Mucha sinceridad crea mucha emoción al oíros a las dos. Me gusto la película y vosotras todas.
Una sola pega Gonzalo Garcia Pelayo, me costaba mucho leer las diferentes historias que desfilaban, que también tenían interés, pero que deje de leer algunas porque me distraían de concentrarme en lo que contaban las protagonistas. Más me interesaban los relatos y no perderme las miradas que expresaban risa o tristeza, los gestos, la belleza de los rostros, las muecas de los labios que crispaban la emoción y el llanto reprimido.
Dicen que las mujeres pueden hacer dos cosas a la vez, a mí me fue imposible. Deje de leer.
Por último para no daros la vara, ese pedazo de músico, compositor, cantante de Fernando Arduán, le da un toque extraordinario al conjunto. Mejor elección no cabía. Maravillosas melodías, letras, música, pero sin su voz y la emoción que expresa a través de ella, no serian sus canciones tan redondas, tan geniales, tan emotivas. Bravo a todas y todos.
Por Tania Valle:
Me ha vuelto a encantar tu trabajo, la película es magnífica y te mantienen atenta de principio a fin, atenta y despierta a todas las historias que se cuentan simultáneamente, y que todas mantienen la atención, a veces intencionada y otras, sin darte cuenta, lees, oyes y encima sientes, porque no te quedas indiferente a ninguna de ellas. Me ha gustado mucho de verdad, de principio a fin. Me he sentido identificada, interesada y, a veces, sorprendida con el transcurso de las distintas historias. Y si bien la narración de Javier ha sido en otras películas uno de los puntos fuertes, he sentido que en ésta tu voz era la que tenía que narrar, como algo que casi no había que dudar, tenías que contarla tú, pero que me ha sorprendido, tal vez por estar acostumbrada a Javier. Susana, es que no sé ni qué poner…he llorado y reído muchísimo con ella en esta película, está maravillosa. Y Vanessa, que está especialmente bella, es fantástica dentro y fuera de cámara. Cuenta con una sutileza maravillosa las historias a través del ensamblaje de todo lo que tú ves, ¡qué bonita armonía!. En definitiva ver Mujeres Heridas ha sido otra increíble experiencia para los sentidos.
María Avello:
Bravoooo! Que dirían los franceses, me he emocionado contigo Susana, con Vanessa también, habéis sido muy valientes de desnudar vuestras almas para nosotros, creo que todas somos en algún momento alguna de esas mujeres. Te comentaré más pero me has emocionado!
Por Juan Manuel Garcia Ferrer:
Pues que creo que sí me ha llegado esta última película de Gonzalo García Pelayo, “Mujeres heridas”(2016), empezando por la fuerza de su título. Y era difícil para mí, que generalmente huyo de introspecciones verbalizadas, que suelen indisponerme con facilidad. No me veo yendo al psicoanalista, y menos escuchando lo que se debe decir desde el diván de un psicoanalista.
En su proceso de recuperación de sí mismo como director de cine, ahora reinventado, con la machada de tres películas rodadas al unísono este verano, y aquí la tercera, en esta ocasión GGP planta la cámara ante mujeres hablando de las marcas del amor en la edad adulta y, como en otras de sus últimas películas, iba a decir que se queda ahí admirado de todo lo que le pasa por ahí delante, y quiere traspasarnos ese sentimiento a los espectadores, pero estaría faltando a la verdad, porque no se planta ahí pasivamente, ni mucho menos: Hace por el contrario todo un caldo en el que se da el mismo valor -porque todo contribuye a la idea- a la imagen de mujeres (alguna tan próxima como su hija) explicándose, textos de un supuesto blog consultorio que circulan por la pantalla, recitados y lecturas, rótulos con versos que sustituyen por momentos a los habituales primerísimos planos escrutadores de ojos y hasta la misma música, recuperando felizmente al Fernando Arduán de “Alegrías de Cádiz” para que toque y cante unas cuantas canciones.
Se alcanza con todo ello, o al menos a mí me ha ocurrido, una extraña compenetración con estas mujeres de madurez felizmente asumida y todo lo que explican.
Si alguien tiene el momento para ver cómo les resulta la experiencia y quiere sumergirse en todo un mundo de primeros planos desentrañando la profunda emoción de la evocación, de reflexión y poesía.