Si hay dos anhelos comunes a la práctica totalidad de los humanos, son la música y el sexo.
No necesariamente por ese orden, aunque se puede extender tal sentencia melómana a otras artes. La idea que ahora nos trae Gonzalo García-Pelayo, 77 primaveras, ha sido precisamente unir ambos impulsos vitales en su nueva película, «Cantar Desnuda«, un binomio que entrelaza esas pulsiones a través de una película erótica con alto voltaje y canciones espectaculares, como corresponde a un productor mítico en nuestro país. Y lo hace desde el minuto cero, cuando unos tórridos gemidos se entrelazan con notas de piano tan etéreas como sugerentes. Luego vienen unos preliminares -grabados y montados con primor- de calentamiento sicalíptico en paralelo con el fílmico. La locución de Javier García-Pelayo marca la senda narrativa de una protagonista que proclama su libertad y luego la música hace el resto. Da gusto verla, da gusto oírla… desnuda.
Algunos dirán que lo que sigue es porno que se alterna con videoclips, pero quizá son los mismos que aceptan sin rechistar la censura que impide ver un pezón en las grandes redes sociales.
Pero García-Pelayo no es de los que se arredran ante las normas alicortas del poder. Ya dejó clara su actitud moral cuando dirigió «Dejen de Prohibir que No Alcanzo a Desobedecerlo Todo» (2021).
En el imprescindible libro La Mujer de tu Prójimo (Gay Talese, 1981), se explica con maestría periodística la hipocresía que sostiene la represión sexual, un absurdo corsé medieval aún en pie a base de castigos y respiración asistida.
La técnica de acotar la duración (65 minutos dura «Cantar Desnuda«) vuelve a las nuevas producciones (Terceras dddiez) en las que está embarcado el también jugador profesional, con eficacia que abunda en su tesis de que en cultura la cantidad lleva a calidad.
Puede ser sexo musical o música sexual, da igual, porque lo que importa en «Cantar Desnuda» es la profundidad interpretativa de Anikka, formidable cantante, además de sexóloga y actriz, que hace equilibrios en los aledaños del orgasmo.
Pelayo también inventa sus propias reglas de distribución y «Cantar Desnuda» puede verse gratis aquí.
(Publicado por Miguel López, periodista y escritor amigo, muy especializado en música, rock y blues, editó recientemente un gran libro sobre Van Morrison)